lunes, 16 de febrero de 2009

CÉSAR HILDEBRANT : PATADA A CASTAÑEDA

Patada a Castañeda

La encuesta que ayer ha publicado la Universidad Católica en torno a la intención de voto en Lima para el 2011 debe de haberle caído como un baldazo de agua fría al destructor Luis Castañeda Lossio y a la hija del jefe de la banda que mandó en este país de 1990 al 2000.

En ese sondeo creíble y hecho por gente decente –no es la putiencuesta que evacúa cada mes una universidad que usurpa el nombre de la capital-, Castañeda está en primer lugar, pero con sólo 14 puntos de preferencia.

A un punto detrás, con 13, está Lourdes Flores, que no inaugura puentes ni sale en la foto de los cuatrillizos ni compra radios con publicidad cochina.

Y a tres puntos, con 11, figura Alejandro Toledo, que no sólo no hace campaña sino que recibe golpes de Palacio cada vez que García recuerda que lo que él (García) está haciendo ya lo hizo Toledo pero zampao y a las volandas y que lo que está pensando ya lo pensó y profirió PPK, el segundo de a bordo del yate “Punta Sal”.

¡Qué vergüenza para Castañeda! ¡Tanto SAT rendidor, tanto jejejé servido en Radioprogramas, tanto sobreprecio que gastar y tanta ciudad para él solito...y todo para que, al final, ante la pregunta de por quién votaría para Presidente si las elecciones fueran mañana, sólo un churrupaco 14 por ciento de encuestados se matricule en Solidaridad.

O sea que ni le agradecen las escaleritas construidas en invasiones (que después critica hipócritamente), ni le dan las gracias por los hospitales donde unos carniceros salidos de alguna universidad de Huacho te atienden en tres minutos por 5 soles, ni lo ascienden por los puentes peatonales sobrevaluados que no se usan, ni aplauden con votos presidenciales la campaña de erradicación de paneles que no se cumple y cuya sospechosa omisión permite que la Panamericana Sur siga siendo una pasarela fashion.

Porque una cosa es que lo voten para alcalde y otra para Presidente. Y si eso pasa en Lima, la ciudad donde ejerce de Alarico, imagínense cuántos votos le esperan en Arequipa y cuántos en Tumbes y ya no digo cuántos en Chumbivilcas.

Que se preocupen los Parra (con sus BMW) y la arquitecta que diseña pretextos y el abogadito perito en otrosíes. Van a tener que hilar muy fino (y comprar a mucha más gente) para hacer de un sujeto, que tiene el carisma de un dragón de Komoro y la simpatía de una tifoidea, EL CANDIDATO del Perú, el constructor ya no de una ruta varias veces sobrevaluada sino de una ilusión que pueda entusiasmar al país entero.

Va a ser un asunto muy serio. Castañeda no piensa porque cree que eso da cáncer ni aporta ideas donadas por otros porque está rodeado de anuentes sin ideas y jamás ha dicho algo que valga la pena de ser tratado ni siquiera en un editorial del diario “Trome” (si es que esas hojas tienen algo que se pueda llamar página de opinión).

Castañeda, en suma, es un silencio más un teodolito. Es la nada política sumada al SAT (que te roba lo que te dejas). Es doctrinariamente nadie, pero esculpido en hormigón.

-“Yo hago obras. Yo hago cosas”, dice con su tonito de desprecio y su jejejé de chamán que te va a escupir saliva sanadora.

Lo que no dice es cuánto cuestan esas obras ni de dónde salen esas adendas que las encarecen ni esos “factores” que las duplican ni esos “imponderables” que convierten el presupuesto original en un chiste de Carlos Álvarez.

Y lo que no dice es que él hace lo que le da la gana y prioriza sin consultar con la ciudad y destruye y tapia y clausura sin preguntarle a los vecinos que no votaron por él –lo que sería inglés-, y ni siquiera a los que votaron por él –lo que ya linda con la sinvergüenzada-.

Y lo que tampoco dice es que “hace” porque es lo único que puede hacer. Es un homo fáber que no hace siesta ni se da un respiro para reflexionar. De día se toma fotos polvorientas. De noche se toma fotos cenicientas en algún cóctel. El es el albañil de su propia megalomanía. Lima no es la ciudad que él sirve sino un muro gigante donde todos debemos leer lo importante que es “Solidaridad” y lo vital que es Castañeda para nuestro futuro.

Hasta en las garitas del peaje que él no hizo tenemos que ver sus chalecos monótonos que recuerdan el naranja Huando de Fujimori, a quien Castañeda sirvió con el mismo entusiasmo con el que ahora se sirve a sí mismo.

Pero volviendo a la encuesta de La Católica. Detrás de Toledo, en cuarto lugar, está Ollanta Humala, con nueve puntos. Y a un pasito de Humala están, empatados hasta en eso, hermanados hasta en eso, maridados hasta en eso, el señor Alan García y la señora Keiko Fujimori –la pareja moral mejor lograda de este reino-.

O sea que cuando las putiencuestas inflan con helio a quien ya está inflada por algunos desórdenes alimentarios, digamos que exageran. Y cuando la sobonería aprista –con César Campos a la cabeza- habla de una posible reelección de García, digamos que se trata de sueños. Sueños con bufidos, eso sí.

¡Esta encuesta me ha devuelto el entusiasmo!

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